Desayuno de gloria: Tiempo de fe
A las 5 de la mañana llegó un grupo de damas
decoradoras al Salón La Mancha del Hotel Barceló
(antiguo Lina) con un único objetivo: preparar las mesas
para un desayuno especial que fue de gran bendición
para alrededor de 300 personas.
Resultado: unas 30 mesas bellamente decoradas con
rosas rojas en el centro, manteles blancos finísimos y diez
pequeños arreglos florales de colores variados alrededor.
Fue el escenario del Desayuno de Gloria celebrado el
sábado 2 de julio bajo el tema Tiempo de Fe auspiciado
por el Ministerio de Oración del Templo El Calvario.
Se vivieron momentos especiales, en un ambiente
cargado de espiritualidad, coronado con un vibrante,
impactante y sorprendente testimonio y la entrega a
Cristo de 7 vidas.
La conductora del programa, Carolina Díaz, inició con los
saludos protocolares, oración y las palabras
introductorias de los pastores Félix y Francia de
Hernández.
También saludó a los presentes la pastora Ruth Aponte
quien viajó desde San Pedro de Macorís y no lo hizo sola,
sino con una delegación de 40 hermanos de la
congregación que dirige en la Sultana del Este en una
muestra amplia de respaldo.
En tanto se disfrutaba de los alimentos los adoradores
integrantes del Dúo Ross alabaron a Dios con un
refrescante mini-concierto de 5 canciones, basadas en
temas bíblicos hasta concluir con “He Decidido Seguir a
Cristo” aclamado por los presentes con voces y aplausos
de júbilo.
Luego siguió la parte principal: el testimonio del médico y
pastor José Arturo Estévez quien en alrededor de una
hora resumió su vida y su entrega a Cristo en plena
juventud.
“Lo último que yo quería era ser evangélico y
exactamente eso es lo que ha pasado, es lo último que
hecho en mi vida”, relató Estévez, quien es uno de los
pastores asociados de los Ministerios Elim en Santo
Domingo.
Vivió una niñez con muchas precariedades económicas,
con un padre alcohólico y agresor pero con una madre
compresiva y luchadora por sus hijos.
Tras muchas dificultades y peripecias logró estudiar hasta
graduarse de médico gineco-obstetra, comenzar una
carrera exitosa que se vio tronchada cuando –dice- Dios
lo inquietó a vivir en los Estados Unidos sin entender por
qué.
En la nación norteamericana las cosas empeoraron. Vivió
la gran contradicción de cómo siendo un médico destacado, para sobrevivir tuvo que trabajar como un
obrero en limpieza de oficinas, pintura y en la
construcción de viviendas.
Dos años después regresó al país junto a su esposa y tres
hijos con los bolsillos vacíos, pero según cuenta el doctor
Estévez con la lección aprendida: Dios derribó mi orgullo.
Entendió que a pesar de sus años en la fe y vivir
experiencias increíbles con el Señor, su vida derivó en el
éxito que lo llevó a ser soberbio y orgulloso.
Al final, recuperó su práctica médica, su padre murió
siendo cristiano a los 89 años y su familia fue
notoriamente bendecida.
Hoy es pastor de la Iglesia de Cristo Ministerios
Asociados Elim y consejero familiar y de parejas.
Este desayuno fue organizado por un equipo encabezado
por Ruth Rodríguez quien coordina los Retiros de Gloria
que se celebran cada primer sábado de mes.
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