El cuerpo humano y los efectos por la edad
La edad no perdona. La culpable es “Laeda”. Con el paso de los años vienen las arrugas y se nota su peso sobre el organismo.
Son dichos populares que resaltan grandes verdades. Como todo en el mundo natural: nace, crece, se desarrolla y muere.
No es lo mismo 30 que 60 o 40 y 80 en términos de la edad. La esperanza de vida ha aumentado (cualquier “muchachito” tiene 70 años se dice por ahí), pero el tiempo no se detiene y se manifiesta en arrugas, libras de más y dolores.
El salmista dijo que mientras callaba se envejecieron sus huesos (Salmo 32:3) y el apóstol Pablo citó en 2da. de Corintios 4:16 que el hombre interior se va “desgastando” y el interior se va renovando.
Un ejemplo más en las Sagradas Escrituras es el de Isaac quien “cuando envejeció sus ojos se oscurecieron quedando sin vista” (Génesis 27:1).
La edad es uno de los factores de riesgo citado por los médicos para sufrir eventos vasculares cerebrales, probabilidad que se duplica cada década después de cumplir 45 en los hombres y de los 55 en las mujeres.
Respecto al aparato genitourinario los especialistas explican que el tejido renal disminuye con la edad lo que afecta la función de los riñones. Un efecto secundario es la incontinencia tanto en los varones como en las hembras.
Y si hablamos de los huesos, como citó el salmista, éstos junto con los músculos, tendones y los cartílagos se van dañando debido al uso con el paso del tiempo.
La doctora Caoimhe Hartley, directora de Menopause Health en Irlanda, afirma que el 50 por ciento de las mujeres mayores de 50 años padecerán osteoporosis, enfermedad que debilita los huesos.
Aunque el proceso es irreversible para cada órgano del cuerpo los cambios en los estilos de vida, la alimentación y otros factores controlables ayudan a prolongar la vida y los sufrimientos.
Conclusión: cuide su salud, no haga desarreglos. –