El médico que no se dejó intimidar

El médico que no se dejó intimidar

No es raro que un médico cristiano ore o hable de su fe con sus pacientes cuando entiende que solamente Dios tiene poder para intervenir en un problema de salud.

Sin embargo, esa práctica le ha causado un montón de problemas al doctor Richard Scott, de 62 años, quien labora en el Centro Médico Bethesda de Kent, en el Reino Unido, a 90 kilómetros de Londres.

Scott fue sometido a medidas disciplinarias y amenazado con cancelársele su licencia del Servicio Nacional de Salud por haber orado por algunos de sus pacientes.

Su caso estalló cuando él mismo, al ser entrevistado en un programa de radio, admitió el uso de la oración. Las autoridades tomaron acción en su contra desde el año 2012 con una advertencia.

Desde entonces, la demanda ha ido a los tribunales y a lo largo de los años 2020 y 2021, después de investigaciones, el doctor Scott recibió una serie de condiciones del Servicio Nacional de Salud como pagar una multa de más de 2 mil dólares y tomar un curso de “límites profesionales”.

La demanda progresó a pesar de que el Consejo Médico General de Inglaterra dictaminó dos veces en el 2019 y 2020 que el médico no había violado ninguna de sus directrices y que “no está prohibido hablar de su fe en las consultas”.

El doctor Scott se horrorizó cuando descubrió que el curso que lo obligarían tomar está reservado a quienes tocan a un paciente de manera inapropiada o cruzan los límites sexuales. Se negó a tomarlo y le dijeron que debía someterse a una evaluación psicológica a lo que también se negó.

Recientemente, su caso se conoció en una corte donde se resolvió la situación para alivio del doctor Scott y su familia. El aceptó retirar una apelación sin admisión de responsabilidad y asistir al curso de un día dentro de 3 meses.

El galeno, quien trabajó como médico general durante 35 años, describió su tratamiento como una campaña implacable para forzar sus creencias y enfoques cristianos.

Andrea Williams, directora ejecutiva de Christian Legal Center, califica al doctor Scott como un médico brillante que ama a Jesús y cree apasionadamente en el impacto positivo que la oración y la esperanza de la fe cristiana pueden tener en la vida de alguien.

Ella agregó: “no hay evidencia de que la práctica del doctor Scott de orar con sus pacientes haya interferido de alguna manera con la entrega de una excelente medicina; de hecho, todo lo contrario.

“En un momento en que existe un reconocimiento generalizado de que el apoyo emocional y espiritual juega un papel importante en la curación física, ha sido particularmente desagradable ver que el SNS de Inglaterra se mete con un médico cristiano que ofrece ese apoyo de manera apropiada”.

A pesar de esta victoria, el doctor ha sido advertido por una autoridad del SNS que cualquier cuidado espiritual en sus consultas debe de estar de acuerdo con la guía del Consejo Médico General.

La Sociedad Nacional Secular acusó al doctor Scott de carecer de sensibilidad y no trabajar dentro de los estándares éticos de un profesional de la salud, y considera que el “evangelismo” dirigido a personas enfermas o vulnerables es explotador.

En el 2013, el doctor Richard Scott escribió un libro sobre su batalla contra el cáncer desde las perspectivas de sus creencias médicas y religiosas.

Este caso es otra muestra más de la persecución moderna contra los cristianos.

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