El ministerio no es algo que Dios nos ha sentenciado a soportar, Él nos llama a disfrutarlo.

El ministerio no es algo que Dios nos ha sentenciado a soportar, Él nos llama a disfrutarlo.

COLUMBUS, Ohio — En lo que podría verse como un mensaje de salud mental, emocional y espiritual para los ministros, el superintendente general Doug Clay inauguró el Concilio General 2023 en la arena Nationwide con un mensaje compasivo sobre la importancia de que quienes ejercen el ministerio estén unidos a Jesús.

Reconoció que el ministerio es altamente emotivo ya que combina la fe, el llamado, la tarea actual, la comunidad ministerial y la vida familiar, que se impactan de manera mutua, Clay señaló Mateo 11:28-29.

«Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas».

«Creo que la invitación no es solo para un pecador que venga a encontrar la vida eterna, sino para que los ministros que se sienten agobiados y con el corazón quebrantado vengan y encuentren descanso. . . verdadero descanso para el alma», afirmó Clay.

Clay identificó tres «verbos increíbles» dentro del pasaje: Venid, llevad y aprended.

«Jesús nos está invitando a venir a Él para descansar», dijo Clay refiriéndose a Mateo 11. «Esto es mucho más significativo que un descanso físico. . . el descanso del alma es más profundo que cualquier otro tipo de descanso».

Citando a Glynnis Whitwer, Clay explicó que «el descanso del alma se basa en la fe y la confianza de que somos amados de manera profunda e incondicional. . . (y) viene cuando confiamos plenamente en Dios, lo cual es diferente de simplemente decir, ‘confiamos en Dios’».

Les recordó a los ministros que su alma es lo valioso. Según la Escritura, el alma vale más que el mundo (Marcos 8:36), es eterna (Eclesiastés 12:7), filtra la sabiduría y da conocimiento (Proverbios 2:10), y ayuda a tomar decisiones (Salmo 13:2a).

«Jesús nos invita a tomar un descanso de todas las cosas horizontales del ministerio y poner nuestra atención en vertical, donde el alma agotada, cansada y agobiada encontrará descanso», dijo Clay.

Al observar las estadísticas que revelaron que el 42% de los pastores están contemplando dejar el ministerio y que los pastores que sienten que su salud mental está por debajo del promedio se ha triplicado en los últimos cinco años, Clay detuvo el servicio para orar por esos ministros, ofreciéndoles un momento literal «ven a Jesús» para experimentar el descanso del alma.

Al observar el segundo verbo, llevar, Clay explicó que llevar el yugo de Cristo era una invitación a asociarse, pero significa renunciar al control y dejar que Él marque el ritmo del ministerio.

Clay advirtió sobre yugos distintos al de Cristo: el yugo a uno mismo, que dice: «Quiero controlar/confío en mí mismo más que en Dios»; unirse a los demás, lo que lleva a complacer a los demás a toda costa y frena el crecimiento del liderazgo; y unirse al éxito, lo cual es espiritualmente peligroso, pues tienta a las personas a tomar el crédito en vez de darlo a Dios.

«El éxito en el ministerio no es el respaldo de Dios al carácter de la persona; es la revelación de Su carácter», dijo Clay, y luego agregó: «Me encanta cómo la Biblia realmente describe el éxito cuando habla de Uzías: ‘Mientras Uzías buscó al Señor, Dios le dio prosperidad (2 Crónicas 26:5)’».

Clay explicó que mantenerse sincronizado, estar en yugo con Cristo, es fundamental para que los ministros se vean a sí mismos con precisión.

«Es menos probable que te compares con el ministerio de otra persona, con el talento de otra persona», dijo Clay. «Cuando estás sincronizado con Jesús, entiendes el lugar que tienes en el cuerpo de Cristo y en tu tarea actual».

Aprender, es el tercer verbo, Clay explicó que era una invitación para que los ministros tuvieran una perspectiva divina sobre su tarea actual, pidiéndoles que reflexionaran sobre la pregunta: «¿Es un trabajo de conveniencia o un lugar de llamamiento?»

Clay señaló que en el pasaje, Jesús quería que sus seguidores aprendieran la mansedumbre y la humildad. La mansedumbre, es uno de los frutos del Espíritu, es tener la capacidad de poner bajo control el poder, la fuerza y la autoridad personal.

«Me pregunto cuántos ministros, cuántos ministerios mejorarían como ministran al poner en práctica la mansedumbre», dijo Clay. «Me pregunto cuántos fracasos ministeriales se habrían evitado si la mansedumbre hubiera sido evidente».

Al notar que Jesús habló sobre la humildad con frecuencia, Clay lo resumió así: «La humildad es simplemente llegar al lugar en tu ministerio cuando te das cuenta de que no se trata de ti, sino de Él».

La mansedumbre y la humildad, dijo Clay, abren la puerta para experimentar Juan 14:12, donde Jesús dice que los creyentes harán «cosas aún mayores que estas».

«No creo que esto sea una referencia a una mayor manifestación de poder, pero es una referencia a un mayor grado de poder», dijo Clay, y señaló que el ministerio de Jesús fue principalmente para Galilea y Judá, y fueron sus discípulos los que extendieron su ministerio al mundo.

«La pregunta es, ¿tenemos una mayor pasión por cosas más grandes?» Clay se preguntó. «Jesús nos dio un mensaje más importante (tenemos el Nuevo Testamento y la llenura del Espíritu Santo) . . . y tenemos un mayor alcance (las obras de Jesús fueron locales, las nuestras están globalizadas con la transmisión en vivo de la iglesia local)».

Al concluir su mensaje, Clay declaró: «Uno de los beneficios de estar en yugo con Jesús es vivir con este entendimiento: que Él está orando por ti».

Citó Juan 17:9 – «Yo ruego por ellos. no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son» — Clay recordó cómo el Espíritu Santo le inculcó que durante el Concilio General debería recordar a los creyentes que Jesús está orando por ellos, citó Juan 17: 11 y 17:15, donde Jesús ora al Padre en favor de sus seguidores.

Después de compartir una historia sobre cómo la ciudad inglesa de Dover sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y la embestida de los bombardeos alemanes, pero sobrevivió debido a que tenía una guarnición interna y la protección de la marina real y la fuerza aérea real, Clay lo comparó con la estrategia protectora de Dios para ministros y sus ministerios: El Espíritu Santo que vive dentro de los creyentes, la Palabra de Dios en las manos y corazón de los creyentes, y Cristo mismo que está en la mano del Padre orando por los creyentes.

Luego, Clay llamó a los ministros que enfrentaban oposición que aparentemente no podían dominar, tenían expectativas poco realistas establecidas por ellos mismos u otros que no podían cumplir, o estaban experimentando depresión o desánimo extremo que se acercaran al altar o salieran al pasillo como un marcador visible de unirse a Cristo. El altar estaba lleno con cientos de ministros, mientras que los pasillos tenían un flujo constante de personas que salían en respuesta al llamado.

Cuando Clay despidió a la multitud, agregó este recordatorio: «El ministerio no es algo que Dios nos ha sentenciado a soportar, Él nos llamó a disfrutarlo. Y oro para que a lo largo de esta semana haya un bautismo de gozo en su corazón por la tarea que Dios le ha asignado. . ., porque el mayor privilegio del mundo es se llamado por Dios para hacer avanzar su reino aquí en la tierra».

Tomado de ag.org

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