Inauguran iglesia para sordos Las Manos de Dios.

No hay nombre más adecuado para identificar la congregación que permite a los hermanos sordomudos reunirse para alabar a Dios, exaltar a Cristo y manifestar la fraternidad cristiana a través de la koinonía.

Las funciones de las manos son incontables para el desenvolvimiento humano. Ellas saludan, expresan amor y cariño a través de un apretón, acarician, estimulan, consuelan o entregan un regalo.

Pero también con las manos se maneja el lenguaje de señas o lengua de signos gracias a la cual las personas sordas pueden establecer un canal de comunicación gesto-viso-espacial con su entorno social.

La congregación dirigida por la maestra y pastora Paulina Henríquez tiene una casa propia inaugurada el sábado 19 de agosto en la calle San José esquina 5, Los Palmares de Sabana Perdida.

Es una sólida edificación moderna, climatizada, construida y decorada según los estándares correspondientes a personas que no tienen la capacidad de hablar y oír, pero sí la capacidad de adorar a Dios y vivir su fe.

Esta obra comenzó en el año 2008 de forma repentina e improvisada. Se abrió una escuela para sordos que en ese tiempo no tenían la oportunidad de aprender el lenguaje de señas, pero por algunas circunstancias especiales no funcionó para un grupo de jóvenes pasados de edad que tuvo que ser sacado.

¿Qué hacer entonces con esos jóvenes para darles a conocer la Palabra de Dios?, preguntó la hermana Paulina a María Virgen su amiga y compañera de labores.

Se les ocurrió una escuela bíblica los domingos por la tarde. Así comenzó todo. En poco tiempo los sordos atraídos unos a otros llenaron el pequeño local donde se reunían hasta 15 y 20. “Los sordos vienen solos”, narró Paulina a los asistentes a la inauguración presidida por los pastores Félix Hernández y Francia Cedeño y que contó con la presencia de una delegación de la iglesia madre.

La hermana Paulina narra que nunca por su mente pasó ser pastora pues su formación profesional y vocacional es la enseñanza, pero con los años se mantuvo la capilla bautizando alrededor de 20 miembros por año, hasta que estalló una crisis “muy grande” en 2017 porque “no todo es gloria”, al decir de la pastora Paulina.

La crisis se superó y de las cenizas surgió un ministerio más fuerte que no solamente imparte la enseñanza espiritual, sino también está la acción social con programas de capacitación en manualidades, cursos de belleza, peluquería, electricidad, informática, Etc.

A 15 años del inicio de esa obra pequeña -una hora los domingos a las 3 de la tarde- se culmina en una primera fase con la apertura de la casa de adoración Las Manos de Dios de Sabana Perdida. Los planes se ampliarán con la construcción de un segundo nivel para la escuela de manualidades y otras facilidades docentes.

Aparte de la Gracia de Dios y la persistencia de Paulina y su equipo, la obra recibió la colaboración y el entusiasmo de una joven norteamericana que viajaba cada año desde su país.

Pero desde hace 7 años reside en la República Dominicana ya como misionera establecida: Allysa Shelamer, cuya abuela – presente en el acto- ha sido la mayor contribuyente para la compra del solar y la construcción del edificio.

Allysa ha sido una bujía inspiradora para la extensión y el éxito del ministerio para sordos, de acuerdo a las palabras de agradecimiento de la pastora Paulina.

El culto de inauguración fue atípico porque tuvo una triple traducción: español, lenguaje de señas e inglés perfectamente combinados para el entendimiento general.

Durante el servicio a casa llena varios de los miembros de la comunidad de fe testificaron, dramatizaron canciones y escenificaron escenas de corte teatral. El silencio no es un impedimento. Bastan las manos, los gestos, las señas, las miradas y las expresiones corporales para comunicar los sentimientos y para hablar con Dios.

El hermano Willy Méndez – quien está colaborando muy de cerca con este ministerio- compartió una reflexión de la Palabra de Dios.

Los pastores Hernández-Cedeño rodeados de los líderes de la congregación, visitantes norteamericanos y miembros del Templo Central de El Calvario, cortaron la cinta para dejar formalmente inaugurado el templo de adoración.

¡A Dios sea la gloria!