La persecución más fuerte es la ideológica
En la ciudad de Seattle, Estados Unidos, vive Mattew Meinecke. Es un predicador callejero que fue arrestado por la Policía acusado de ser un peligro para la seguridad pública.
¿Cuál fue su delito? Leer la biblia en alta voz en un parque público cerca de una reunión que celebraba el “orgullo Gay”. Antes de ser arrestado, esposado y conducido a una estación policial donde fue fichado, el varón predicador fue insultado y golpeado.
Un manifestante agarró su biblia, rompió sus páginas mientras le lanzaba duros insultos y luego echó lo que restaba del libro a un inodoro portátil.
En Finlandia, la cristiana militante Paivi Raisanen es una parlamentaria y exministra de ese país que ha sido objeto de investigación. Se atrevió a escribir un libro y habló de su contenido en un programa de radio.
Fue demandada por sus pensamientos sobre el matrimonio y la sexualidad que evidentemente están acorde con la biblia. Tras largos enfrentamientos y procesos fue absuelta por un tribunal, pero la decisión judicial ha sido apelada.
Ella ha llegado a la conclusión de que “existe un odio contra los valores cristianos en el mundo occidental”. Por lo visto en varios países de Europa, Estados Unidos, Canadá y Latinoamérica no está lejos de la verdad.
Literalmente son actos de persecución “concreta “contra la fe cristiana auspiciada, alentada y coordinada por organismos internacionales.
Pero también existe la persecución digital manifestada por los controles al pensamiento por medio de las plataformas y las redes sociales, propiedad de individuos y corporaciones afines a los movimientos progresistas.
Open Doors UK presentó el informe The New Frontier for Freedom of Religion or Belief que destaca el hecho de que los cristianos son perseguidos cada vez más a través de la vigilancia, la censura y la desinformación.
La persecución digital se está extendiendo rápidamente por el mundo y cita el caso de China donde se aprobó un proyecto que prohíbe toda comunicación religiosa en línea.
En la ciudad de Neuquén, Argentina, el pastor bautista Hugo Márquez, ante esta embestida de vigilancia por los conceptos que se emitan contra la homosexualidad, los movimientos gays, Etc. dice que en sus sermones escoge temas neutros que no confronten ni lo comprometan, pero afirma que seguirá predicando y enseñando.
Aquí en República Dominicana un reputado ministerio con un amplio uso de las plataformas digitales y las redes sociales, obra con cuidado en cuanto al uso de ciertas terminologías para evitar cierres y sanciones.
Eso es persecución moderna. Y lo peor de todo es que las minorías se están imponiendo sobre las mayorías con el apoyo de organismos internacionales y de influyentes
supermillonarios.
Todavía hay países en África y en Asia cuyas autoridades auspician o consienten la persecución a la manera tradicional, con espada o con ejército, pero la real persecución es la ideológica (callar a través de leyes, decretos, normas, disposiciones y reglamentos).
Tras citar la parábola de la viuda insistente que molestaba al juez en demanda de justicia, Cristo preguntó a su audiencia si en los días de su venida hallaría fe en la tierra.
“Cuando venga el hijo del hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8).
Una profunda pregunta que requiere una profunda respuesta, pero también induce a pensar que esta persecución ideológica contra hombres y mujeres piadosos en el mundo, acabará con la fe de muchos.
Y ya la están acabando en creyentes e iglesias que ahora hasta justifican el suicidio de cristianos, la homosexualidad, las uniones en matrimonio de personas del mismo sexo, Etc.
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