La primicia de una granada

La granada es el fruto del granado, un árbol que alcanza unos 5 metros de altura. En la antigua Roma se le llamaba árbol púnico y al fruto manzana granada. Se ha cultivado desde la antigüedad por toda la cuenca mediterránea. Púnico alude a los fenicios que la cultivaban y el término granada se deriva del latin granatus que significa con abundantes granos.
Es un fruto muy consumido en el Medio Oriente, jugoso, de buen tamaño, diferente al que conocemos en nuestro país. De sus propiedades nutritivas ni hablar, es rico en antioxidantes, potasio, calcio, magnesio y vitamina C.
La hermana Cristiana Ramírez hace un tiempo nos obsequió una matita de granada, hija de una que tiene en su hogar. La plantamos en el patio y la hemos cuidado con mucho cariño. Comenzó a crecer muy débil. No fueron pocas las veces que los vientos y las lluvias las azotaban hasta casi desfallecer.
Con mucha paciencia, la pobre matita logró llegar a su altura promedio, pero sin frutos. Cuando por fin comenzó a echar flores, éstas no se sostenían. Con buena tierra y nutrientes orgánicos, las flores llegaron a ser más numerosas y se desarrolló el primer fruto, la primicia, que se ve en la imagen que acompañaba este artículo.
Este árbol nos recuerda la abundancia de Dios. Se le llama el fruto de Dios. En Deuteronomio 8:8 se le cita entre los siete frutos del pueblo de Israel provistos por Dios junto con la cebada, las uvas, los dátiles (miel), el trigo, la higuera y el olivo.
En la biblia la palabra granada aparece 21 veces, granado en 7 ocasiones; todas en el Antiguo Testamento. En hebreo es Rimòn, término del que deriva Ramón. Se asocia a la fertilidad, la abundancia y a la riqueza.
Los judíos, en la cena por la llegada del Año Nuevo, comen una granada al unísono de la invocación de una alabanza. Según la tradición contiene 613 semillas, igual que los 613 preceptos de La Torah que deben cumplir los judíos.
Figuras de granadas formaban parte de los ornamentos sacerdotales (Éxodo 28:33-34), del primer templo de Salomón (I Reyes 7:18) y hasta se empleó como un piropo para resaltar la belleza de la amada (Cantares 6:7).
El fruto del granado tiene encima una corona, también por eso se le compara con la majestuosidad de un rey.
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