Martín Pichardo, ejemplo de fidelidad
“Porque el que está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas” (2da. Corintios 5:17).
Esta escritura paulina se cumplió plenamente en la vida del hermano Orlando Martín Pichardo, llamado a la presencia del Señor la madrugada del 18 de mayo del 2022.
Sus restos fueron sepultados al caer la tarde del día siguiente en el cementerio municipal de Salcedo, localidad de la provincia Hermanas Mirabal donde había nacido el 25 de octubre de 1959.
En su condición de mayor general retirado de la Policía Nacional, institución a la que sirvió por unos 40 años, el ataúd fue cubierto con la bandera nacional y se le rindieron los honores correspondientes a su rango.
Siete miembros de la policía dispararon 21 salvas mientras sus restos eran depositados en el nicho, a la espera de la resurrección de los muertos al sonar de las trompetas cuando Cristo regrese.
Toda la congregación del Templo El Calvario, encabezada por sus pastores, se solidarizó ampliamente con la familia Pichardo Peguero: su esposa Carmen y sus hijos Suzzell, Martín y Carmen Lidia.
El hermano Pichardo conoció al Señor hace 16 años después de un duro proceso en su salud. Dios le prolongó la vida y en su soberanía dispuso de ella cuando El así lo estableció.
Durante todo ese tiempo sirvió con fidelidad y sin temor al Señor y la iglesia a los que dedicó todo su vigor. Su vida cristiana se caracterizó por un rápido crecimiento en sus caminos y la exhibición de un buen testimonio tanto fuera como dentro de los recintos policiales. Ocupó distintos cargos hasta la presidencia del ministerio Hombres de Honor.
En la carrera policial presenta una amplia hoja de servicios: estudios especializados, comandancias regionales y unidades operativas, direcciones de departamentos, Etc. Sus compañeros de armas lo definen como “un hombre honesto y estrictamente apegado a las normas y principios éticos”.
El sábado 25 se realizó un culto memorial con una masiva asistencia de miembros de la congregación, familiares, amigos y compañeros de la institución del orden.
El pastor Félix Hernández expuso una breve reflexión en la que resaltó la fidelidad, la alegría y el testimonio del hermano Pichardo, concluyendo como siempre lo hace con las palabras: “la iglesia perdió un miembro, pero el Cielo ganó un ciudadano de su Reino”.
Luis Alberto Díaz
Periodista y presidente del Ministerio de la Pastoral Familiar del Templo el Calvario.
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