¿Redimir Halloween o erradicarlo?

¿Redimir Halloween o erradicarlo?

En un escenario mostrando en pantalla gigante calabazas colgantes alegóricas a la sombra y a la muerte, el cantante Jesús Adrián Romero hizo en 2015 violencia de la habitual iconografía evangélica referida a la luz, la liberación y la vida plena en Jesucristo, para lucir sus conocimientos sobre los orígenes de Halloween como si, con estas particulares declaraciones, se propusiera rescatar al evangelio del anticuado estilo, con que según él decía, lo proclaman sus aburridos seguidores.

Ante este dramático desfase en que él ubicaba la iglesia, su propuesta era que los cristianos saliesen disfrazados para comenzar a repartir dulces por las casas el 31 de octubre, día de Halloween, para de esa forma darle un poco de colorido y atractivo a su fe y hacer de su mensaje algo más interesante y entretenido.

Como quiera que se vean estas explicaciones, a quien más le aportaban es a esta celebración pagana y en nada favorecían la fe cristiana ni a la iglesia.

Romero explicaba entonces que cuando el cristianismo llegó al norte de Europa se encontraron que las personas celebraban la tenebrosa tradición celta que hoy conocemos como Halloween, y decidieron “redimirla” por lo que trasladaron las fiestas de “Todos los Santos”, que se celebraba en mayo, para el 31 de octubre, fecha en que se realizaba este supersticioso festejo. Romero alega que los creyentes de ese tiempo lo que querían era quitar la superstición de los demonios, es decir “cristianizar” la fiesta.

Historia de Halloween

Para poner las cosas en blanco y negro, tenemos que decir que Halloween es una fiesta de la cultura anglosajona que se celebra en la noche del 31 de octubre. Hace más de 25 siglos, el 31 de octubre, al final del verano, en la cultura celta prevalecía la supersticiosa creencia de que los espíritus de los muertos salían de los cementerios para apoderarse de los cuerpos de los vivos y así resucitar, pedirles alimentos y maldecirles.

Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las «decoraban» con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, de forma que los muertos pasaran de largo asustados. De ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces.

La iglesia de Roma decidió convertir la festividad al catolicismo. Se instituyó el 1 de noviembre como el “Día de Todos los Santos”, que en Inglaterra se denominó «All Hallows’ Day», y la noche anterior, 31 de octubre, «All Hallows’ Eve» que posteriormente derivó en «Halloween».

La fiesta fue exportada a los Estados Unidos por emigrantes europeos hacia 1846. Sin embargo, fue en el 1921 cuando se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota y luego le siguieron otros estados.

La internacionalización de Halloween se produjo a finales de los años 70 y principios de los 80 gracias al cine y a las series de televisión.

Halloween es una fiesta basada en el miedo, la muerte, los muertos vivientes, la magia negra y los monstruos místicos. Los «personajes» que se suelen asociar a Halloween incluyen a los fantasmas, las brujas, los gatos negros y los demonios, así como ciertas figuras literarias como Drácula y el monstruo de Frankenstein, entre otros personajes siniestros que solo evocan oscuridad y muerte.

Halloween en la República Dominicana

Aquí en la República Dominicana, podemos decir que ya casi hemos erradicado de nuestro ambiente cultural esta celebración foránea que promueve el terror, la muerte y el miedo.

Nosotros en República Dominicana hemos decidido durante esta noche y siempre hablar de nuestro Señor Jesucristo, quien vino a dar vida y vida en abundancia.

En este 31 de octubre, con mucha honra lo decimos, los dominicanos no tenemos que redimir el día de Halloween, prácticamente ya lo hemos erradicado.

En la República Dominicana es el Día Nacional de los Evangélicos Protestantes, establecido por ley. Para este día 31 preparamos una gran celebración del aniversario de la Reforma Protestante.

En este país Halloween en cada aniversario tiene menos espacio, ¿Qué gana la iglesia con redimir esta fecha para integrarla a sus celebraciones? Promover Halloween sería un retroceso para los evangélicos dominicanos y el resto de nuestro pueblo, el cual tiene una raíz supersticiosa. Recordamos que el compromiso de los evangélicos no es ser gente simpática y divertida, sino gente fiel a la Palabra de Dios y que muestren su amor con hechos auténticos, solidarios y convincentes.

Es cierto que en su avance el evangelio de los primeros siglos logró rescatar algunos elementos de otras culturas e integrarlos sin conflicto a su cosmovisión. Y estos elementos redimidos nos han llegado como valores integrados a la práctica cristiana, fechas, símbolos, tradiciones y otros. Así opera Dios en la dinámica de la historia y de las culturas.

Sin embargo, Halloween, sin dudar de las buenas intenciones de los cristianos de esa época, no logró ser rescatado como un elemento factible para ser integrado al cristianismo. El profundo antagonismo que Halloween le plantea a lo que es y representa el Evangelio de Jesucristo no les permite ser rescatado e integrado a su esquema de fe y principio. Intentarlo a estas alturas, no se sería más que una descabellada necesidad.

Hay prácticas que hay que iluminar con el poder de la Palabra de Dios, e irla erradicando del corazón y la mente de los hombres porque son abominación a Jehová y así lo declaran las Escrituras. Quien logra redimir a Halloween es el comercio norteamericano que obtiene grandes beneficios con la promoción de esta fecha y, en su expansión imperialista, ha tratado de llevar esta fiesta a otras culturas. Esta fiesta no nos ha llegado a nosotros como un valor cristiano. Sus símbolos y los disfraces tienen una connotación pagana y sus iconos: muertes, tinieblas, espíritus demoníacos, superstición y esoterismo, son el reverso del cristianismo, que es vida, luz, gozo, victoria y libertad.

 

–El pastor, escritor y periodista dominicano Tomàs Gómez Bueno ha escrito el siguiente articulo que compartimos, publicado en la página Evangélico Digital, por considerarlo de interés.

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