¿Será verdad que se acabaron los piadosos?
Por Luis Alberto Díaz.
En días pasados un camión cargado de cervezas sufrió una volcadura en una carretera en la región de El Cauca, en Colombia. Cientos de habitantes de una comunidad cercana acudieron presurosos al lugar del accidente, pero no para prestar ayuda sino a saquear la mercancía.
Un oficial de la policía de la zona dijo que unas 100 personas participaron en el hurto de los productos y se lamentaba que “se concentraron en cometer el ilícito en vez de prestar ayuda al conductor que resultó lesionado en el hecho”.
Es un fenómeno de descomposición social que se repite en Colombia, en República Dominicana y en otros países sin importar los riesgos que se corran.
En el mismo país sudamericano hace dos años un hecho similar se registró en Barranquilla cuando volcó un camión cisterna que cargaba gasolina, pero tuvo consecuencias trágicas con la muerte de 45 personas y decenas de quemados, víctimas de una explosión.
Nadie presta atención a los accidentados. El interés es robar y saquear, incluso a los mismos cadáveres. No más inhumano es también el afán de hacer grabaciones con celulares para subirlas a las redes sociales y ganar “views” y “likes”.
En uno de los devocionales que utilizamos en ocasiones, nos llamó la atención un versículo que aparece en uno de los Salmos que de inmediato nos recordaron hechos de esta naturaleza.
El Salmo 12:1 dice “Salva, oh Señor, porque se acabaron los piadosos; porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres”.
Los piadosos no acabarán del todo, pero al ritmo que va la humanidad no dudamos que la cantidad irá disminuyendo con los años. Son tan pocos que parece se han terminado.
El apóstol Pablo dio a Timoteo un consejo importante cuando le escribió que “la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa para la vida presente y la venidera”.
Obligatoriamente para el cristiano, practicar la piedad es una prioridad. Sus beneficios no terminan nunca.
Luis Alberto Díaz
Periodista y presidente del Ministerio de la Pastoral Familiar del Templo el Calvario.
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