Conectados hasta la Cima

Conectados hasta la Cima

Estudiosos de la conducta humana, consejeros familiares, escritores y mucha gente preocupada por el curso peligroso de la sociedad, en particular los ataques contra el matrimonio según el diseño de Dios, coinciden en opinar que ese vínculo sagrado no se había distorsionado tanto ahora como en ningún otro período de la humanidad.

El nuevo orden mundial quiere imponer a la fuerza y mediante leyes y regulaciones la llamada ideología de género con todas sus variables diabólicas. Sus promotores se han “entregado a la inmundicia, en la concupiscencia de sus corazones…..ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira…” (Romanos 1: 24-25).

En ese contexto de la humanidad la Pastoral Familiar y el Grupo de Parejas realizó este mes el campamento matrimonial bajo el tema “Conecta2 hasta la Cima” en el fresco ambiente de Jarabacoa, localidad caracterizada por sus altas montañas que se constituyeron en un símbolo de que el amor y la conexión de los esposos deben ubicarse en lo más alto.

Lo tratado allí por el charlista tiene aplicación en la vida práctica de la relación pareja. Temas como conectados a pesar de las diferencias de género, el rol de la esposa y del esposo, la conexión a través de una buena comunicación y la conexión espiritual con Cristo hicieron ver a los asistentes los puntos básicos a trabajar para la felicidad en el matrimonio.

Retumban las enseñanzas expresadas:

No puede haber un buen matrimonio donde no hay una buena comunicación. Es indispensable una buena relación con Jesús para disfrutar de una buena relación matrimonial. Existe una estrecha relación entre la vida del espíritu y el matrimonio; sino estamos llenos del Espíritu Santo, estaremos llenos de egoísmo.

El que nos va a ayudar a llegar y permanecer en la cima es Jesús y no nosotros.

Un buen matrimonio no se logra aplicando ciertas técnicas, sino conociendo a Dios y teniendo una relación íntima. Solo Dios puede capacitar a los cónyuges para tener una vida victoriosa dentro del matrimonio independientemente de las circunstancias.

La conclusión más certera para este campamento y que todos aprobaron con júbilo, quedándose grabadas en las mentes y los corazones, es la sentencia:

QUIEN NO ES UN BUEN ESPOSO O UNA BUENA ESPOSA NO PUEDE ANDAR DICIENDO QUE ES UN BUEN CRISTIANO.

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Periodista y presidente del Ministerio de la Pastoral Familiar del Templo el Calvario.

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