El Nacimiento del Salvador del Mundo – I

El Nacimiento del Salvador del Mundo - I

El  Dios omnisciente sabía que la raza humana creada por él iba a caer en el pecado a causa de la tentación que le tendería el enemigo de Dios y de su creación. Los incrédulos quizás hagan la siguiente pregunta: ¿Si Dios sabía que los humanos iban a caer en pecado, por qué los creó? La respuesta a este cuestionamiento es que Dios sí sabía de antemano que desde el Huerto del Edén la primera pareja humana iba  a errar al blanco, que es el significado de la palabra pecado en el idioma original en que se escribió el Nuevo Testamento; pero el Eterno Dios proveyó un redentor para redimir a la humanidad caída.

La primera promesa de redención para los hombres y mujeres en relación al  flagelo del pecado fue dada por el mismo Dios cuando la primera pareja humana cometió el pecado de desobediencia en el Huerto del Edén y Dios al lanzar su sentencia sobre el engañador disfrazado de serpiente dijo: “Y pondré   enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3:15). Esta sentencia divina se cumplió cuando después del Hijo de Dios vencer a Satanás en el desierto donde lo tentó en tres ocasiones, libertar a muchos oprimidos por fuerzas demoníacas, y vencer al tentador en el Huerto de Getsemaní, le asestó el golpe mortal cuando dio su vida para redimir a la humanidad perdida y resucitó al tercer día para completar la victoria.

Los sacrificios de animales y aves en el Antiguo Testamento eran actos simbólicos del sacrificio del Dios hombre para redimir a todo aquel que en él crea. Los libros de Moisés continúan registrando la promesa divina cuando escribe lo dicho por Balaam, el profeta que se vendió por dinero para maldecir al pueblo de Dios y lo que le salió fue bendición cuando dentro de una extensa profecía dijo: “…Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá ESTRELLA de Jacob, y se levantará cetro de Israel…” (Números 24:17). Moisés registra otra promesa acerca del redentor de la humanidad, dada por el mismo Dios cuando le dijo: Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis” (Deuteronomio 18:15).

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Pastor y fundador de la Iglesia de las Asambleas de Dios Templo el Calvario, Santo Domingo, Rep. Dom.