Frutos, Dones y Ministerios Espirituales – XII

Frutos, Dones y Ministerios Espirituales – XII

Los dones de sanidades y el don de hacer milagros completan el grupo de los dones de poder, junto al de fe ya tratado en la última entrega de esta serie de mensajes pastorales. El don de sanidad es múltiple, puesto que aparece en plural. Los milagros se diferencian de las sanidades en que en la realización de estos se opera una suspensión, otras veces alteración del orden natural, y pueden ser soberanos, es decir, realizados por el mismo Dios, otras a través de sus siervos y siervas, mientras que la sanidad puede manifestarse en enfermedades tan sencillas como una fiebre hasta males físicos mayores.

Los milagros y sanidades son evidentes desde el Antiguo Testamento, entre los cuales podemos citar los siguientes: El cruce del Mar Rojo; la provisión de alimentos y agua para el pueblo de Dios en el desierto durante cuarenta años; y la caída de los muros de Jericó con tan solo rodearlos durante siete días. El profeta Elías oró para que bajara fuego del cielo; oró para que no lloviera durante tres años y medio y no llovió, y luego oró por lluvia y llovió; oró para que Dios multiplicara la provisión de la viuda de Sarepta; además oró por el hijo de esta viuda y resucitó después de muerto. Eliseo, el profeta sucesor de Elías oró para que un hacha que cayó y se hundió en el agua subiera y se operó el milagro; oró para que unas aguas amargas se convirtieran en aguas dulces y potables y Dios le respondió; oró para que Dios multiplicara el aceite de la viuda de uno de los profetas; resucitó al hijo de la sunamita; ordenó a Naamán zambullirse siete veces en el río Jordán de donde salió sano de la lepra; y oró a Jehová para que hiriera con ceguera al ejército sirio y fue hecho el milagro. Dios utilizó al profeta Isaías para realizar un milagro de salud y alargarle 15 años al rey Ezequías.

El Nuevo Testamento registra muchas sanidades y milagros realizados por Jesús durante su ministerio. El hijo de Dios sanó leprosos; una mujer con flujo de sangre; paralíticos; mudos; endemoniados; un hombre con una mano seca; un hidrópico, entre otros. Los cuatro evangelios también registran muchos milagros realizados por Jesús el nazareno: Resucitó a la hija de Jairo, a Lázaro y al hijo de la viuda de Naín; multiplicó, el pan para cinco mil personas y en otra ocasión para tres mil; convirtió el agua en vino en las bodas de Caná de Galilea; y detuvo una tempestad en alta mar, entre otros muchos milagros. Los apóstoles fueron investidos de poder de lo alto antes de la ascensión de Cristo, lo cual les preparó para realizar muchas sanidades y milagros. Esteban y Felipe, componentes del primer grupo de diáconos, también fueron usados con poder para realizar sanidades y milagros. Estos dones continúan a disposición de cada creyente hoy.

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Pastor y fundador de la Iglesia de las Asambleas de Dios Templo el Calvario, Santo Domingo, Rep. Dom.