Hacia una renovación espiritual – X

A partir de la muerte de Josué, el pueblo de Israel que junto a su líder había conquistado la tierra que Dios le había prometido a sus padres Abraham, Isaac y Jacob, cayó en un vacío socio-político y espiritual a causa de la falta de liderazgo. En medio de esa crisis, las naciones vecinas, que en su mayoría adversaban al pueblo de Dios, aprovecharon para en varias ocasiones y a veces durante varios años someter a servidumbre a la nación israelita.

El autor del libro de los Jueces escribe diciendo que “los hijos de Israel, como ya era su costumbre, hicieron lo malo ante los ojos de Jehová y en esta ocasión los entregó en mano de Madián por siete años” (Jueces 6:1). El pueblo de Israel en medio de su aflicción clamó a Jehová, el cual en su misericordia les envió un profeta con un mensaje de amonestación y de aliento, e inmediatamente envió su ángel a la casa de un hombre de nombre Joás, cuyo hijo de nombre Gedeón se encontraba sacudiendo el trigo para esconderlo de los madianitas, los cuales aparecían en grandes bandas para robar todo el producto en tiempo de cosecha, lo cual estaba provocando una extrema pobreza en el pueblo de Dios.

El ángel de Jehová al llegar a la presencia de Gedeón le saludó diciendo: “Jehová está contigo, varón esforzado y valiente” (Jueces 6:12). El joven Gedeón respondió con palabras de dudas, puesto que él sabía que no contaba en ese momento con las características que le atribuyó el ángel; pero Dios no estaba evaluando a Gedeón por lo que era en ese momento, sino por lo que sería en el futuro después de una renovación espiritual; así también Dios nos ve a nosotros. Gedeón, después de pasar por una transformación espiritual dejó atrás la duda y el temor y con un reducido ejército de trescientos hombres, utilizando la estrategia de ruido y luz, derrotando al poderoso ejército de Madián, Amalec y los hijos del oriente, dando muerte además a los reyes y príncipes de los pueblos antes mencionados.

Rvdo. Félix Hernández

Pastor y fundador de la Iglesia de las Asambleas de Dios Templo el Calvario, Santo Domingo, Rep. Dom.