Hacia una renovación espiritual – XI

Hacia una renovación espiritual - XI

El pueblo de Israel se convirtió en reincidente en lo concerniente a dar la espalda a Jehová que los había libertado de la esclavitud egipcia, los hizo cruzar milagrosamente el Mar Rojo y el Río Jordán, amén; de sustentarlos durante cuarenta años en el desierto y finalmente darles la tierra prometida. Este pueblo parece haber sido malagradecido o no tener memoria de la historia de su pasado, pues todo lo que Dios había hecho por ellos era bien, mientras que ellos le había pagado mal; pero nuestro Dios permanece fiel si los hombres y mujeres que le sirven se vuelven infieles.

Jehová hizo pasar a su pueblo por un quebrantamiento, entregándolos en manos de los amonitas y los filisteos, los cuales oprimieron a los israelitas durante dieciocho años. Como era costumbre del pueblo de Israel clamar a Jehová cuando encontraban apuros, en esta situación se presentaron confesado sus pecados y demostrando arrepentimiento, y Jehová en su misericordia escuchó su clamor y dio respuesta inmediata. El Dios bondadoso siempre está dispuesto a responder el clamor de los suyos y sacarlos del hoyo de la desesperación sin importar la profundidad del pozo cenagoso en que sus siervos hayan caído nuestro Dios es el mismo que libró a Sadrac, Mesac y Abed-Nego del horno de fuego durante el imperio de los babilonios y a Daniel durante el imperio de los medo-persas.

Dios proveyó un libertador al pueblo de Israel en respuesta a su clamor; pero a diferencia de Gedeón, el hombre escogido para esta tarea se describe como esforzado y valiente, cuyo nombre era Jefté, pero hijo de una mujer de dudosa reputación moral como resultado de una relación con un hombre de nombre Galaad, cuyos hijos de la esposa y hermanos de padre de Jefté lo echaron fuera motivado en que era hijo bastardo y por tanto no heredaría con ellos. Jefté huyó de entre sus hermanos y habitando en tierras lejanas se juntaron con él hombres ociosos, lo cual parece interpretarse como que formaron una banda de malhechores. Los ancianos de Galaad al verse amenazados por los amonitas pidieron la ayuda de Jefté, el cual al principio se negó, pero más adelante el espíritu de Jehová vino sobre él (Jueces 12:29) convirtiéndolo en un hombre renovado espiritualmente, aceptando el reto que le lanzaron los que antes lo subestimaron, reuniendo un ejército improvisado, y finalmente derrotando al ejercito amonita y sometiendo a ese pueblo enemigo.

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Pastor y fundador de la Iglesia de las Asambleas de Dios Templo el Calvario, Santo Domingo, Rep. Dom.