Hacia una renovación Espiritual – XVIII
El rey Jeroboam II gobernaba las 10 tribus de Israel, denominadas “el reino del Norte”, que se habían dividido de las dos tribus restantes durante el reinado de Roboam, hijo del rey Salomón. Durante este tiempo se encontraba en su apogeo el imperio Asirio, famoso por su crueldad para con los pueblos vencidos. El pequeño país de Israel se vio obligado a reforzar la defensa de sus fronteras, temeroso de una invasión de los Asirios. Durante ese tiempo de tensión política y militar Dios le ordena al profeta Jonás trasladarse a Nínive, la capital del imperio Asirio para profetizar su destrucción dentro de 40 días; pero el Dios omnisciente sabía que los habitantes se arrepentirían, y Jonás suponiendo esa actitud de los ninivitas y conociendo la misericordia de Dios, pensó por enemistad con ese pueblo o talvéz por patriotismo que era más conveniente que fueran destruidos, por lo cual huyo en dirección opuesta; pero Dios lo alcanzó y después de pasarlo por un fuerte quebrantamiento, y luego de evidenciar un arrepentimiento que revela una renovación espiritual en la oración que a continuación citamos, Dios lo libertó y lo trasladó a cumplir su misión en Nínive.
Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová , y Él me oyó ; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, y me rodeó la corriente; todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí . Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; mas aún veré tu santo templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, rodeóme el abismo; el alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes; la tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; mas tu sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí , me acordé de Jehová , y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo. Los que siguen vanidades ilusorias, su misericordia abandonan. Más yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová . Y mando Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra. Jonás Cap. 2
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