La familia – III

La familia - III

A través de la Biblia, Dios considera a la familia como un núcleo importante de la sociedad. Dios le hizo la siguiente promesa al patriarca Abraham: ‘’Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra’’ (Génesis 12:3; 28:14) Cuando Dios determinó sustituir al rey Saúl a causa de haberse descarriado espiritualmente, y por tanto, no estar haciendo la voluntad del que lo ungió para sentarse en el trono como primer rey de Israel, envió al Profeta, Sacerdote y Juez Samuel a la casa de Isaí en Belén de Judá, y después de santificar a Isaí y a sus hijos presente los llamó al sacrificio y después de pasar delante de Samuel siete de los hijos de isaí, Dios los rechazó a todos y fue necesario buscar el más pequeño, David quien estaba en el campo cuidando las ovejas, el cual fue escogido por Dios para sustituir a Saúl como rey ( 1 Samuel 16: 1-13).

Dios le dijo a Israel lo siguiente: ‘’A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra’’ (Amós 3:2). Esta declaración divina no contradice la promesa hecha a Abraham, citada en más arriba, puesto que dicha promesa tenía un pre-requisito: ‘’Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré’’ (Génesis 12:3). Esta declaración es repetida por el patriarca Isaac cuando impartía la bendición a su hijo Jacob (Génesis 27:29). Esta promesa hecha por Dios al patriarca Abraham y su familia se ha estado cumpliendo al pie de la letra a través de los siglos, puesto que la Biblia registra la siguiente declaración; ‘’Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo ¿Y no lo hará? (Números 23:19). Esta declaración se repite en 1 Samuel 15: 29.

Cuando leemos las epístolas paulinas, especialmente las salutaciones de Pablo al final de las cartas descubrimos que las iglesias eran ‘’Caseras’’, es decir, estaban establecidas en casas de familias y compuesta por familias, lo cual nos dice el papel desempeñado por las familias durante el primer siglo de la iglesia. Cuando el Señor Jesús encontró a Zaqueo, el publicano, y lo hizo bajar del árbol le dijo: ‘’Date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose Yo en tu casa’’; y luego le dijo: ‘’Hoy ha venido la salvación a esta casa’’ (Lucas 19:5,9). La bendición de la salvación alcanzaba a Zaqueo y a su familia. Cuando Pablo y Silas fueron encarcelados en Filipos y a causa de un terremoto durante la noche las puertas de la cárcel se abrieron y el carcelero intentaba suicidarse por temor de que los presos se fugaran, después de hablar con Pablo y Silas, y comprobar que no había fuga, pregunto que debía hacer y ellos le contestaron ‘’Cree en el Señor Jesucristo y será salvo tú y tu casa ‘’ (Hechos 16:31).

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Pastor y fundador de la Iglesia de las Asambleas de Dios Templo el Calvario, Santo Domingo, Rep. Dom.

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