La profecía en la Biblia – XXVI

Ezequiel fue uno de los grandes profetas de Dios en el exilio. Los expertos que se han dado la tarea de estudiar profundamente el contexto histórico dentro del cual se produjeron los hechos narrados en el libro de este profeta, han descubierto que Ezequiel era sacerdote y que fue llevado cautivo a Babilonia en la segunda deportación en el año 597 A.C. a la edad de 25 años, y a los 5 años de encontrarse en esa nación extranjera recibió el llamado profético de parte de Dios. Ezequiel debía recordarle al pueblo que los 70 años de cautividad que pasarían en el exilio, sería a causa de sus pecados cometidos.

El pueblo de Dios fue llevado cautivo a un país lejano con sistema de gobierno, idioma, costumbres y religión muy diferentes. Este pueblo se encontraba deprimido a causa de encontrarse lejos de su hábitat y haber perdido su libertad, pero Dios no se había olvidado de sus escogidos, y en su misericordia les proveyó un profeta no tan solo con la finalidad de recordarles su pasado de espaldas al creador, sino también de darles esperanza de redención. Jehová Dios es lento para la ira, pero grande en misericordia; el pasa a los suyos por un periodo de disciplina y luego está dispuesto a perdonar después de un arrepentimiento verdadero. Dios promete a su pueblo a través de su mensajero que los traería de la esclavitud a su país, a la tierra que le dio a sus padres (Ezequiel 36:24-34).

Dios llevó en espíritu al profeta Ezequiel a un valle que estaba lleno de huesos secos, y le ordenó que le profetizara a esos huesos secos en gran manera. Ezequiel obedeció y al hacerlo se produjo un temblor y los huesos comenzaron a juntarse cada uno con el suyo; después de un proceso rápido fueron provistos de tendones, carne, piel y espíritu, convirtiéndose luego en un gran ejercito (Ezequiel Cap. 37). Esta visión de los huesos secos fue una simbología del pueblo de Israel, que estaba esparcido por varias naciones, pero Dios los juntaría de nuevo en su tierra.

Rvdo. Félix Hernández

Pastor y fundador de la Iglesia de las Asambleas de Dios Templo el Calvario, Santo Domingo, Rep. Dom.