La Reforma Protestante – I

La Reforma Protestante - I

La Reforma Protestante fue el efecto de una causa que mantuvo su hegemonía contra la iglesia establecida por Cristo, a través de 15 siglos. Las controversias en el seno de la iglesia comenzaron con un fuego cruzado: El judaísmo, el gnosticismo, la escuela de Cerinto y otras herejías en algunas de las iglesias del Asia Menor mencionadas por Juan en el Apocalipsis que atacaban desde adentro; y desde afuera el Paganismo. Después de la desaparición de los apóstoles y sus discípulos, ya en el siglo segundo las controversias se multiplicaron. Los apologistas se mantuvieron firmes durante los primeros cuatro siglos para defender y preservar las doctrinas de la iglesia para lo cual contrarrestaron las mencionadas herejías, así como el monarquianismo, el arrianismo y el macedonianismo, entre otras.

El primer concilio de los denominados ecuménicos, se reunió en Nicea, Bitinia en Junio del año 325, a fin de continuar tratando la controversia arriana sobre la Trinidad, disputa que ya había comenzado en el año 318 en Alejandría y condenada por un concilio local en el año 321. Al concilio de Nicea asistieron: El Emperador Constantino; Atanasio y su grupo; Arrio y su grupo y Eusebio de Nicomedia (semiarriano) con su grupo. Cada grupo presentó un Credo obteniendo la aceptación mayoritaria, el de Atanasio, que redactamos a continuación.

“Creemos en un Dios, Padre, Omnipotente, Hacedor de todas las cosas visibles e invisibles; y en Jesucristo, el Hijo de Dios, engendrado del Padre, Unigénito, esto es, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, luz de luz, verdadero Dios, Dios mismo, engendrado, no hecho, que es de la misma sustancia que el Padre; por el cual fueron creadas todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra; que para nosotros, hombres, y para nuestra salvación, descendió y se encarnó y se hizo hombre; padeció y al tercer día resucitó; ascendió al cielo, y vendrá a Juzgar a los vivos y a los muertos. Y en el Espíritu Santo, pero los que dicen “Era cuando no era”, y que “Fue hecho de la nada”, y los que dicen que el Hijo de Dios es de otra “sustancia” o “esencia” o que “el Hijo de Dios es creado” o “mudable” o “alterable”, son anatematizados por la iglesia”. Este es el denominado Credo Niceno.

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Pastor y fundador de la Iglesia de las Asambleas de Dios Templo el Calvario, Santo Domingo, Rep. Dom.