Mes de la Biblia – II

Mes de la Biblia - II

Las Sagradas Escrituras no fueron dadas a la humanidad para mantenerla guardada como una literatura clásica o como una reliquia. Moisés, el autor de los primeros cinco libros de la Biblia, le ordenó al pueblo de Israel un uso permanente de este libro inspirado divinamente cuando dijo:

Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. (Deuteronomio 6:4-9).

El autor desconocido del salmo 119, que lleva el título: Excelencia de la ley de Dios y cada una de sus estrofas de 8 versículos encabezadas por una de las 22 letras del Alefbet del idioma Hebreo, exalta las siguientes características esenciales de la palabra de Dios: Bienaventuranza, encargada por el Creador, purificadora, maravillosa, vivificadora, sustento espiritual, guía, da regocijo, consuela en tiempo de aflicción, mejor que oro y plata, es delicia, digna de meditar, provee inteligencia, sirve de lumbrera, recta y pura, es verdadera, da paz y es justa.

El profeta Jeremías, haciendo referencia a las Sagradas Escrituras dice: ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? (Jeremías 23:29). Cristo, durante su ministerio en la tierra hizo referencia a este sagrado libro diciendo.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Marcos 13:31); Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ella tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí (Juan 5:39);…las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida (Juan 6:63); ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
(Juan 15:3).

El apóstol Pablo dice que la palabra de Dios dan sabiduría y que toda la Bíblia es inspirada por Dios, útil para enseñar, redargüir, corregir e instruir (2 Timoteo 3:15, 16). El apóstol Pedro afirma que las Sagradas Escrituras fueron inspiradas por el Espíritu Santo. (2da. Pedro 1:21).

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Pastor y fundador de la Iglesia de las Asambleas de Dios Templo el Calvario, Santo Domingo, Rep. Dom.