Personajes Bíblicos Ejemplares – IV
Las Sagradas Escrituras es un libro muy particular, puesto que sus sesenta y seis libros que la componen, la convierten en una importante enciclopedia que contiene ciencia, geografía, e historia entre otras, sin estar dedicado exclusivamente a ninguna. La historia y biografía de hombres y mujeres temerosos como no temerosos de Dios abundan en este sagrado libro. Los libros seculares que tienen como finalidad resaltar los hechos de personajes importantes, casi siempre mencionan los hechos positivos y tratan de ocultar todo lo que suena negativo. La Biblia narra luces y sombras de sus personajes, sin tratar de esconder nada.
Abraham es uno de esos personajes que sirvieron al Dios vivo, y que la Biblia no tan solo lo presenta como un personaje ejemplar en la galería de los Héroes de la fe, sino que también registra sus errores, con la finalidad de que las generaciones siguientes no los repitan. Abraham, al ser oriundo de Ur de los Caldeos, ciudad ubicada al sur de Mesopotamia y en la margen oriental del río Éufrates, dentro del territorio conocido como “la media luna fértil” por encontrarse entre los ríos Tigris y Éufrates, practicó la adoración de dioses páganos. Esta era una región muy próspera por el hecho de encontrarse situada entre dos grandes ríos que irrigaban la tierra para la producción agrícola, a la vez que había abundante agua para la crianza de animales.
Los habitantes de la mencionada región no conocían a Jehová y se dedicaban a la adivinación y la idolatría, prueba de lo primero es el vidente Balam, que procedente de esa región, fue contratado por Balac, rey de Moab para maldecir al pueblo de Israel, pero que al abrir su boca lo que profirió fueron bendiciones; en cuanto a la idolatría además de adorar a todo el ejercito del cielo (sol, luna y estrellas), también adoraban a otros dioses, considerando a Marduc como el principal de la tierra. De esa sociedad sumida en el oscurantismo espiritual llamó Dios al futuro patriarca Abraham, el cual salió de Ur de los Caldeos con su padre Taré hasta Padan-Aram donde permaneció hasta la muerte de Taré. Luego Abraham acompañado de su esposa Sara y su sobrino Lot salieron para la tierra de Canaán. Todo este caminar y hasta la disposición de sacrificar a Isaac, el hijo de la promesa lo hizo este patriarca porque le creyó a Dios; por lo cual llegó a ser el más grande de los personajes bíblicos en lo que a la fe se refiere.
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