Personajes Bíblicos Ejemplares – XI

El amor, la gracia, la benignidad, la paciencia, la longanimidad, la bondad, la clemencia y la misericordia, son atributos del Altísimo disponibles para todos los seres humanos, sin acepción de personas. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento se enfatiza que Dios no hace acepción de personas (Job 32:21; 34;19; Deuteronomio 10:17; Hechos 10:34; Romanos 2:11; Gálatas 2:6; Efesios 6:9; Colosenses 3:25); Salomón dice que hacer acepción de personas no es bueno (Proverbios 24:23; 28:21); el apóstol Santiago aconseja que nuestra fe sea sin acepción de personas (Santiago 2:1), y agrega que el hacerlo es pecado (Santiago 2:9); y finalmente el apóstol Pedro dice que Dios juzga según la obra sin acepción de personas (1 Pedro 1:17).

La no acepción de personas de parte de Dios no se limita a una simple teoría, sino que es llevada a la practica en muchas partes de la Biblia, y muy especialmente en el caso de Rahab, una mujer de una moral dudosa, según los escritores de las Sagradas Escrituras, la cual escondió a los espías enviados por Josué a la ciudad de Jericó (Josué 2:1), recibiendo como recompensa el perdón de su vida cuando los israelitas tomaron a Jericó (Josué 6:17). El autor del libro a los Hebreos y el apóstol Santiago hacen resaltar la fe de esta mujer, la cual sin importar su nacionalidad se convirtió en la mas alta ascendiente humana del Mesías. Nuestro Dios no tuvo en cuenta las condiciones humanamente negativas de esta mujer, sino que la trato como a otro ser humano creado por el, dándonos así el ejemplo de que él no hace acepción de personas.

El Señor Jesucristo ordeno antes de irse de esta tierra que sus discípulos debían ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura, lo cual incluye a judíos, gentiles, hombres, mujeres, niños, letrados, alfabetos, ricos, pobres, indigentes, teístas, ateos, nacionales, extranjeros y cual otra clase social. Por tanto, la iglesia debe de estar abierta para todo aquel que desee entrar, puesto que Cristo dice que “el que a mi viene no lo echo fuera”; y si Cristo que es el fundador y dueño de la iglesia recibe a todo aquel que viene, quiénes somos nosotros para rechazar a los que quieren entrar.

Rvdo. Félix Hernández

Pastor y fundador de la Iglesia de las Asambleas de Dios Templo el Calvario, Santo Domingo, Rep. Dom.