Personajes Bíblicos Ejemplares – XXVI

Isaías, uno de los más grandes profetas del Antiguo Testamento, después de pasar un tiempo lanzando ayes contra los demás, de acuerdo al capitulo cinco del libro que lleva su nombre, recibió una visión que lo condujo a tener un encuentro con Dios y reconocer que él necesitaba la aplicación del carbón encendido en sus labios para la limpieza de sus pecados. En este encuentro con el Todopoderoso en toda su gloria, Isaías dejó de pensar en los demás y se centró en sí mismo a fin de auto examinarse para conocer su condición espiritual, cuyo resultado lo llevo a clamar ¡Ay de mí!

A partir de ese encuentro con Dios, Isaías se convirtió en un verdadero siervo de Dios, que cuando escuchó aquella voz que decía ¿A quién enviaré y quién irá por vosotros?, dijo: “Heme aquí, envíame a mí”. A partir de ese encuentro con Dios, Isaías comenzó a profetizar bajo la unción divina todo lo relacionado con el nacimiento, vida, ministerio y muerte del Mesías. Este encuentro con Dios impactó para siempre el carácter de Isaías, comenzando a reflejar al Dios que representaba. Algunos de los mensajes de Isaías son de consolación, mientras otros son de confrontación, lo cual lleva al lector a pensar que pertenecen a diferentes escritores, mientras que Isaías afirma que todos sus mensajes proceden de Dios. Cuando Dios llamó a Isaías para ser profeta, no lo alentó con predicciones de gran éxito, sino que le dijo “que el pueblo no lo escucharía”, pero que de todas maneras tenía que hablar y escribir sus mensajes, ya que a la larga alguien sí lo oiría.

Nosotros, que somos parte de ese futuro que predicó el profeta Isaías, podemos ver cuantas de esas promesas dadas por Dios mediante Isaías se han cumplido, incluyendo las relacionadas con Cristo, el Mesías. Además, también tenemos la esperanza de saber que Dios está activo en toda la historia, incluyendo la nuestra. Cuando estudiamos el libro de Isaías podemos descubrir que muchas veces podemos ser miembros de una iglesia, incluso tener algún cargo o desempeñar un ministerio y sin embargo necesitar un encuentro con Dios para descubrir las cosas que tenemos que dejar y la limpieza espiritual que necesitamos, así como el carbón encendido del Espíritu Santo para cumplir el ministerio que Dios nos ha encomendado.

Rvdo. Félix Hernández

Pastor y fundador de la Iglesia de las Asambleas de Dios Templo el Calvario, Santo Domingo, Rep. Dom.