Una parrillada llena de amor

Una parrillada llena de amor

Fue una noche para recordar, una noche casi perfecta para el disfrute de los esposos enamorados bajo una brisa fresca y agradable y un cielo lleno de estrellas como testigo de nuestra “Parrillada del Amor”, en la que hubo de todo para cantarle a uno de los sentimientos más puros.

El amor que un día unió a las parejas para formar sus hogares y familias con la bendición de Dios bajo el lema “lo que Dios unió ningún hombre lo separe”.

El ambiente fue cálido e informal, sin mucho protocolo porque el programa –que fue de sorpresa en sorpresa- se elaboró para pasar la noche cultivando la fraternidad cristiana al lado de su cónyuge sin apuros, sin tensiones.

“La pasamos muy bien”, “hermosa noche”, “hermosa actividad”, “cuanto gozamos”, “aquí hubo de todo, hasta pelota”, fueron algunas expresiones de los asistentes tras la despedida formal.

Tras los saludos introductorios, oración y lectura de la palabra arrancó la primera entrada alimenticia: alas de pollos, salchichas y pan tostado a la barbacue, servidas en las 8 mesas desplegadas mientras una música de fondo amenizaba el momento.

El ambiente se llenó de un rico aroma proveniente de los asados. Con ese aroma como perfume, la pastora Francia Cedeño de Hernández mantuvo la atención por unos 20 minutos con una reflexión sobre la relación de pareja comparada con las estaciones del año.

Describió a grandes rasgos que los matrimonios tienen sus primaveras, veranos, otoños e inviernos. Cada uno de esos tiempos están llenos de situaciones positivas y negativas que deben ser afrontadas a la luz de la Palabra de Dios y la búsqueda de su ayuda.

Luego llegó el plato fuerte de La Parrillada del Amor: pinchos de carne, pinchos de vegetales, hamburguesas de dos pisos y ensaladas al estilo Wendy Acevedo, devoradas con avidez por los comensales.

En tanto se satisfacían los apetitos a las 9.40 de la noche llegó la sorpresa. Hizo su entrada un mariachi integrado por 4 músicos con sus trajes típicos y sombreros de charros arrancando el júbilo y los aplausos de los presentes.

La mexicanada consistió en un mini concierto de 7 canciones que crearon una atmósfera de amor que hizo acercar los corazones enamorados y estrechar las manos de las parejas. El aire con una temperatura de unos 22 grados centígrados se hizo más refrescante porque se llenó de tonadas románticas que a la luz de la luna aceleraron los corazones con enternecedoras miradas del uno para el otro.

El cierre de la noche fue espectacular. No pudo terminar la actividad de manera fría, sino con un verdadero “can” cuando se abrió al público un gozoso karaoke en el que algunos sorprendieron, como Juan Guerrero que dejó en receso su vida académica para cantarle a su amada un romántico tema del antaño. Y cantó bien.

Igualmente, Henry y Altagracia pusieron a todo el mundo a cantar y a saltar con el tema Danzando en Cada Temporada. Con los aplausos de los presentes se llevaron el primer lugar.

Finalizada la fiesta y despedida en oración al filo de las 11:00 pm hubo que poner en pantalla gigante el último inning de la Serie del Caribe para disfrutar de la victoria de los dominicanos frente a Venezuela.

En conclusión, una noche que se recordará por mucho tiempo. Regalos, sorpresas, música, mariachi, reflexión bíblica para las parejas, karaoke y una exquisita parrillada acompañados de una expresión que se convirtió en el lema de la actividad: ¡Qué viva el amor!

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