Los protestantes durante la primera ocupación norteamericana

Los protestantes durante la primera ocupación norteamericana

El 12 de julio del 2024 se cumplieron 100 años de un acontecimiento poco resaltado por los medios de comunicación, pero que no puede pasar desapercibido.

Esa fecha no puede quedar en el olvido porque ese día de 1924 finalizó oficialmente la primera intervención armada de los Estados Unidos a la República Dominicana.  El general Horacio Vásquez tomó posesión de la Primera Magistratura del Estado. Concomitantemente se inicia la desocupación militar norteamericana, luego que las botas yanquis pisotearan el país desde 1916.

Tras ocho años de ser izada la bandera de los Estados Unidos fue arriada tanto de la Torre del Homenaje como de las oficinas públicas en todo el país, y en su lugar fue enarbolada de cara al sol caribeño la bandera tricolor de los trinitarios, fundadores de la República de Febrero. Comienza lo que se conoce como la Tercera República.

En su breve gobierno de 1963 el profesor Juan Bosch declaró mediante decreto al 12 de julio “Aniversario de la Desocupación del Territorio Nacional por las Fuerzas Norteamericanas.” Y exactamente el 22 de julio de ese año, fue promulgada la ley 50-83 que declara la fecha como conmemorativa.

Una ocupación similar se repitió en 1965. Esos dos oprobiosos hechos bastarían para que cada dominicano repudie con todas sus fuerzas cualquier intervención extranjera en su territorio soberano.

A través de la historia se ha demostrado que acontecimientos, fenómenos y eventos sociales y políticos repudiables arrojan resultados positivos y negativos; entre estos últimos está esa ocupación que parió un Trujillo y una dictadura de 30 años. Esos 8 años marcaron el devenir del país hasta hoy. 

Los positivos son incontables actuando los gringos siempre de acuerdo a sus intereses políticos y comerciales. Los norteamericanos definieron la economía, ordenaron las finanzas, la administración y la contabilidad del Estado. En infraestructuras viales comunicaron el país con la construcción de carreteras como la Duarte que unió la capital con el Cibao. Edificaron puentes, hospitales y escuelas.

Sin ser mezquinos, es innegable reconocer también que esa ocupación de 8 años de los Estados Unidos a RD benefició al protestantismo, en particular a los evangélicos que apenas constituían un puñado de iglesias. Quiero citar algunos casos puntuales de esos aportes. 

EL PENTECOSTES

1.- La llegada de Salomón Feliciano en enero de 1918, el primer predicador pentecostal en la RD. Aparte del llamado del Señor que sintió, este ministro puertorriqueño posiblemente pensó en su seguridad personal por la presencia de las tropas y su control total del país que garantizarían sus labores. Puede afirmarse que pensó también en la presencia de sus miles de compatriotas que viajaban desde la vecina isla a trabajar en los ingenios del Este. 

MISIONES CRISTIANAS

2.- El establecimiento de misiones cristianas. Desde principios del siglo 20 iglesias protestantes europeas idearon emprender obras misioneras en países católicos y en América pusieron la mira sobre Puerto Rico y RD. 

George Lockward cita en su libro El Protestantismo en dominicana que al producirse la ocupación en 1916 ese movimiento experimentó dos cambios. El primero de tipo económico pues de acuerdo a las leyes norteamericanas las iglesias podían aportar fondos sin que tales aportes cayeran en el impuesto a la renta. El segundo fue la desaprobación de esa intervención militar que desembocó en la creación del Comité de Cooperación para la América Latina.

Una figura importante fue relevante en este proceso y ¡vaya paradoja! era un norteamericano: Samuel Guy Inman, secretario ejecutivo de ese Comité. Es lo que llamaríamos aquí un gringo cabeza caliente opuesto a la política de su propio país y que fue uno de los artífices de la Iglesia Evangélica Dominicana. 

Inman hizo diligencias para que en Nueva York se fundara una organización integrada por varias denominaciones evangélicas  para propiciar una obra que no fuera una extensión de sus propias iglesias, sino una denominación dominicana: la Junta para el Servicio Cristiano en Santo Domingo  que se reunió el 17 de diciembre de 1917 “esta nació en no crear extensiones coloniales religiosas como protesta contra la ocupación del territorio dominicano por fuerzas estadounidenses”.

IGLESIA EVANGELICA DOMINICANA

3.- Esta denominación cristiana tiene 102 años realizando una importante labor pastoral y social. La primera congregación se estableció el 1 de enero de 1922 en San Pedro de Macorís. Muchos de los convertidos por la predicación de Salomón Feliciano, entre ellos don Julio Postigo, pasaron a formar sus filas. En Santo Domingo, 7 días después se estableció en la capital en un local de la calle Mercedes esquina 19 de marzo, donde aún permanece. 

PROTESTANTES EN SANTO DOMINGO

4.- El mismo señor Inman realizó una gira por varias regiones del país detectando y animando la presencia de evangélicos. Visitó en Samanà a los descendientes de los metodistas norteamericanos que se asentaron allí tras la inmigración propiciada por Boyer.  Precisamente en este 2024 se cumplen 200 años de esa fructífera presencia. Estuvo también en la capital en plena ocupación en 1919 y cita que solo había dos únicas representaciones protestantes en la capital, una Iglesia Episcopal Metodista Africana y otra de los Moravos. Encontró una situación favorable para animar a las comunidades de fe existentes.

LA INFLUENCIA DE LOS COCOLOS

5.- Una última referencia que quiero citar es que la ocupación norteamericana contribuyó de manera trascendental al auge de la industria azucarera. Ese crecimiento estimuló la llegada de inmigrantes de las islas de las Antillas británicas, holandesas y danesas (los cocolos) que como sabemos en su mayoría profesaban el protestantismo y cuya rica herencia es visible hoy en las iglesias de San Pedro de Macorís y todo el Este.

En el 1918 San Pedro se convirtió en el centro más importante de la maquinaria cañera del país; durante los años 1919-1921 recibió alrededor del 48 por ciento de esos inmigrantes.

  1. Finalmente. Un aventurero inglés llamado George Manington permaneció un breve tiempo en el país tras visitar Guyana Inglesa, Honduras Británica y las Antillas Occidentales.  Escribió en 1925, un año antes del final de la ocupación, narrando sus experiencias y para él esa intervención fue beneficiosa para los dominicanos y una de las razones que cita es que la misma permitió el “surgimiento del protestantismo.”

Más bien contribuyó indirectamente con su expansión más que permitirla pues está comprobada la presencia evangélica organizada desde mediados del siglo 19 con misiones inglesas.

Lo poco que escribió textualmente fue lo siguiente: “el catolicismo romano dominaba hasta la época de la intervención americana; hoy día el protestantismo se está haciendo influyente, al igual que la Iglesia Metodista Africana, los wesleyanos metodistas, así como otras sociedades tienen varias estaciones cada una”.

El historiador dominicano Alejandro Paulino Ramos ha expuesto los radicales cambios culturales producto de esa ocupación, pero también cita cómo se dificultaron las actividades políticas y culturales además de la expresión del libre pensamiento; pero las medidas del gobierno extranjero no impidieron el surgimiento de agrupaciones literarias y la circulación de interesantes publicaciones. Mucho menos restringieron las actividades religiosas.

Paulino Ramos considera, empero, que con la presencia norteamericana se incrementaron las comunidades protestantes.

Es un hecho pendiente de ser estudiado y ampliado, pero es innegable reconocer que esa influencia proveniente de una nación de principios cristianos –no tan desvirtuados como ahora- tuvo su incidencia en el crecimiento de la obra durante esos 8 años.

 Quienes gustan de la historia de los cristianos en RD tienen la oportunidad de ampliar o refutar estos conocimientos.

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Periodista y presidente del Ministerio de la Pastoral Familiar del Templo el Calvario.

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