La deconstrucción de las familias

La sociedad cristiana de la República Dominicana está en la actualidad en una fuerte lucha contra una ordenanza del Ministerio de Educación que quiere imponer – al fin y al cabo- lo que se conoce como ideología de género.

Le llama política de género que procura igualdad y equidad en el tratamiento de los niños y las niñas en las escuelas y colegios privados. En primera instancia la intención es buena y hasta digna de apoyo.

Sin embargo, en el fondo se quiere aplicar una política que sigue una agenda global vigente en muchos países.

La Ordenanza 33-19 señala lo siguiente en el acápite d del artículo 1: “trazar las pautas para contribuir con el proceso de deconstrucción de los estereotipos de género que permean la sociedad dominicana en todos los niveles y estratos, y de lo cual no escapa el sistema educativo y sus diferentes actores.”

El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el termino deconstrucción como el “desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis, mostrando así contradicciones y ambigüedades.”

Ese párrafo es una entrada, es como conceder una licencia para que aquí se enseñen en las escuelas y colegios los nuevos conceptos de familia que se han creado fuera de la lógica, de la biología, de lo natural y de la Biblia que precisa “varón y hembra los creó.”

Se quiere meter a la República Dominicana en la onda de los países que han aprobado los matrimonios homosexuales con adopciones de niños incluidos.

La deconstrucción o destrucción de la familia tradicional es el propósito de toda esta corriente. Por eso es necesario apoyar todas las iniciativas, luchas y demandas para que se anule esa ordenanza, extraña a los principios cristianos de los cuales nuestros patricios enarbolaron para crear la nación dominicana.

No a la ideología de género, sí a la familia y dejar claro a las autoridades que “con mis hijos, no te metas.”

Luis Alberto Díaz

Periodista y presidente del Ministerio de la Pastoral Familiar del Templo el Calvario.