La profecía en la Biblia – XXII

El ministerio profético de Isaías no tan solo fue extenso por el hecho de haber ministrado durante cinco reyes de Judá: Uzías, Jotam, Acaz, Ezequías y Manasés, sino que sus profecías también se extienden hasta el reino milenial de Cristo. Se cree que el rey Manasés martirizó a Isaías aserrándolo por la mitad. El llamado que a través de una visión, que de acuerdo al capítulo 6 recibió Isaías después de la muerte del rey Uzías, permaneció vivo en su mente, por lo cual no importaban los peligros aún de muerte que enfrentara, puesto que él sabía a quien había creído, para que le había llamado y a quien servía, el cual era más poderoso que el que estaba con sus perseguidores.

Una de las grandes profecías de Isaías referente al ministerio de Cristo es la siguiente: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados” (Isaías 61:1,2). El profeta continúa hablando de Cristo durante su ministerio, como el siervo de Jehová, así como su llenura del Espíritu Santo y las funciones y tareas que desempeñaría (Isaías 42:1-9).

El profeta Isaías hace referencia a los sufrimientos y muerte de Cristo cuando escribe: “…y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores… fue menospreciado y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores…más el herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él y por su llaga fuimos nosotros curados…Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros…” (Isaías 12:1-12). El profeta también profetiza sobre el milenio (Isaías 11:3-10).

Rvdo. Félix Hernández

Pastor y fundador de la Iglesia de las Asambleas de Dios Templo el Calvario, Santo Domingo, Rep. Dom.