La Promesa del Salvador del Mundo – II

El Dios Altísimo, a través de los siglos continuó reiterando la promesa de un Salvador para la humanidad perdida; en esta ocasión lo hace por medio del rey, salmista y profeta (en ocasiones) David, el cual comienza diciendo: ¨Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies¨ (Salmo 110:1). Nótese que David habla aquí de dos señores y donde le dice un señor al otro señor que se siente, que es precisamente el lugar donde según los evangelistas Mateo y Marcos, así como el mártir Esteban mientras era apedreado, el día del Pentecostés, y finalmente el Apóstol Pablo en sus Epístolas a los Romanos, a los Efesios y a los Colosenses , también hace mención de Cristo sentado a la diestra del Padre, el autor anónimo de la Carta a los Hebreos.

El Salmista David continúa haciendo referencia al Salvador del mundo, cuando en el referido Salmo dice: ¨Juró Jehová y no se arrepentirá; tu eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec¨ (Salmo 110:4). Este versículo el autor de este Salmo, inspirado por el Espíritu Santo, el cual se manifestaba en David, según 2 Samuel 23:2, hace mención de uno de los oficios de Cristo y que actualmente desempeña, que es el de sacerdote, a fin de interceder por nosotros. Nótese que su sacerdocio no es según el orden de Aaron, sino según el orden de Melquisedec al cual no se le conoce ninguna genealogía.

El autor de este Salmo sigue abundando sobre el Salvador del mundo cuando dice: ¨El Señor está a tu diestra, quebrantará a los reyes en el día de su ira. Juzgará entre las naciones, las llenará de cadáveres¨ (Salmo 110:6). En este versículo el Salmista reitera que Cristo está sentado a la diestra del Padre y agrega que un día regresará para juzgar a las naciones, suspender a todos los reyes de la tierra y enseguida establecer su reino milenario.

Rvdo. Félix Hernández

Pastor y fundador de la Iglesia de las Asambleas de Dios Templo el Calvario, Santo Domingo, Rep. Dom.